El PSOE da un giro brusco y se descuelga de un acuerdo de la UE

El cambio radical se produjo solo un día después de que el partido votase en la comisión de Exteriores a favor del tratado

ANABEL DÉEZ
elpais.com

El PSOE va a retirar su apoyo al Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá, conocido como CETA. Esta será la primera decisión trascendente que toma el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, desde su reelección y se certificará en la ejecutiva del próximo lunes. Los diputados socialistas se abstendrán, previsiblemente, en la votación que se celebrará el próximo jueves en el Congreso para ratificar el acuerdo. El cambio radical se produjo solo un día después de que el PSOE votase en la comisión de Exteriores a favor del tratado, al que también se oponen Podemos y los sindicatos.

El primer cambio drástico del PSOE de Sánchez se plasmará en la retirada de los socialistas españoles del apoyo al Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá. El acuerdo entre la UE y Canadá se negoció durante siete años y cuando fue sometido a votación recibió el apoyo de 408 eurodiputados, frente a 254 que se opusieron, entre ellos los socialistas franceses, belgas y polacos y parlamentarios de la izquierda minoritaria o eurófobos.

Aunque es cierto que este asunto ha dividido a los socialistas europeos, también lo es que el PSOE no había manifestado ninguna reserva de calado hasta ahora. De hecho, el pasado martes, los diputados socialistas votaron a favor del acuerdo en la comisión de Exteriores del Congreso.

Del apoyo que el PSOE había dado al tratado hasta ahora dan también idea las declaraciones que hizo el portavoz de los socialistas españoles, Ramón Jáuregui, en el Parlamento Europeo el día que se aprobó el acuerdo. “En el socialismo europeo ha habido algunas posiciones contrarias por razones de índole nacionalista-electoral o sectorial agrícola, por ejemplo. Pero estamos ante una decisión geopolítica. La izquierda tiene que asumir una agenda progresista de la globalización que pasa por la regulación”. La mayoría de los socialistas europeos, pese a sus reservas, apoyaron el tratado comercial con Canadá para trazar una clara línea de separación de posiciones de corte populista y nacionalista como las defendidas por el Frente Nacional de Marie Le Pen o por el propio presidente de EE UU, Donald Trump.

El giro abrupto del PSOE tendrá su reflejo en la votación de la próxima semana en el Congreso de los Diputados, que deberá ratificar el tratado. Las reservas de la nueva dirección socialista al acuerdo comercial con Canadá coinciden con las de los sindicatos, cuyo apoyo ha sido relevante para la victoria de Sánchez en las primarias socialistas. También era de sobra conocida la oposición al tratado de Podemos, que en los últimos días había marcado este asunto como la prueba de que el giro de Sánchez a la izquierda tenía una base real.

Votación de Juncker

No es la primera vez que Sánchez marca distancias con los socialdemócratas europeos. Hace casi tres años, en julio de 2014, en su primera etapa como secretario general, ya ordenó que el PSOE se apartara de un acuerdo clave. En aquel momento, estableció que los eurodiputados socialistas votaran en contra del conservador Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea, una decisión que suscitó malestar entre dirigentes socialistas españoles, que censuraron que el PSOE se descolgase del acuerdo de la mayoría de los socialdemócratas europeos.

El equipo de Sánchez sostiene que el giro sobre el acuerdo comercial ya se anticipó en el 39º congreso del PSOE del pasado fin de semana. “La izquierda socialdemócrata no está en contra del comercio internacional pero lo quiere en condiciones y regulaciones que aseguren la universalización de derechos y con las protecciones sectoriales sensibles en cada caso”, decía una resolución. Lo cierto, sin embargo, es que el pasado martes los diputados que forman parte de la comisión de Exteriores del Congreso recibieron la orden de seguir votando a favor del tratado.

Con el cambio de opinión, el PSOE se separa de Ciudadanos y del PP, que sí apoyan el acuerdo. El no al CETA lo encabezaron los socialistas franceses, junto a alemanes, belgas y polacos.

El PSOE da un giro brusco y se descuelga de un acuerdo de la UE

El cambio radical se produjo solo un día después de que el partido votase en la comisión de Exteriores a favor del tratado

ANABEL DÉEZ
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El PSOE va a retirar su apoyo al Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá, conocido como CETA. Esta será la primera decisión trascendente que toma el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, desde su reelección y se certificará en la ejecutiva del próximo lunes. Los diputados socialistas se abstendrán, previsiblemente, en la votación que se celebrará el próximo jueves en el Congreso para ratificar el acuerdo. El cambio radical se produjo solo un día después de que el PSOE votase en la comisión de Exteriores a favor del tratado, al que también se oponen Podemos y los sindicatos.

El primer cambio drástico del PSOE de Sánchez se plasmará en la retirada de los socialistas españoles del apoyo al Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá. El acuerdo entre la UE y Canadá se negoció durante siete años y cuando fue sometido a votación recibió el apoyo de 408 eurodiputados, frente a 254 que se opusieron, entre ellos los socialistas franceses, belgas y polacos y parlamentarios de la izquierda minoritaria o eurófobos.

Aunque es cierto que este asunto ha dividido a los socialistas europeos, también lo es que el PSOE no había manifestado ninguna reserva de calado hasta ahora. De hecho, el pasado martes, los diputados socialistas votaron a favor del acuerdo en la comisión de Exteriores del Congreso.

Del apoyo que el PSOE había dado al tratado hasta ahora dan también idea las declaraciones que hizo el portavoz de los socialistas españoles, Ramón Jáuregui, en el Parlamento Europeo el día que se aprobó el acuerdo. “En el socialismo europeo ha habido algunas posiciones contrarias por razones de índole nacionalista-electoral o sectorial agrícola, por ejemplo. Pero estamos ante una decisión geopolítica. La izquierda tiene que asumir una agenda progresista de la globalización que pasa por la regulación”. La mayoría de los socialistas europeos, pese a sus reservas, apoyaron el tratado comercial con Canadá para trazar una clara línea de separación de posiciones de corte populista y nacionalista como las defendidas por el Frente Nacional de Marie Le Pen o por el propio presidente de EE UU, Donald Trump.

El giro abrupto del PSOE tendrá su reflejo en la votación de la próxima semana en el Congreso de los Diputados, que deberá ratificar el tratado. Las reservas de la nueva dirección socialista al acuerdo comercial con Canadá coinciden con las de los sindicatos, cuyo apoyo ha sido relevante para la victoria de Sánchez en las primarias socialistas. También era de sobra conocida la oposición al tratado de Podemos, que en los últimos días había marcado este asunto como la prueba de que el giro de Sánchez a la izquierda tenía una base real.

Votación de Juncker

No es la primera vez que Sánchez marca distancias con los socialdemócratas europeos. Hace casi tres años, en julio de 2014, en su primera etapa como secretario general, ya ordenó que el PSOE se apartara de un acuerdo clave. En aquel momento, estableció que los eurodiputados socialistas votaran en contra del conservador Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea, una decisión que suscitó malestar entre dirigentes socialistas españoles, que censuraron que el PSOE se descolgase del acuerdo de la mayoría de los socialdemócratas europeos.

El equipo de Sánchez sostiene que el giro sobre el acuerdo comercial ya se anticipó en el 39º congreso del PSOE del pasado fin de semana. “La izquierda socialdemócrata no está en contra del comercio internacional pero lo quiere en condiciones y regulaciones que aseguren la universalización de derechos y con las protecciones sectoriales sensibles en cada caso”, decía una resolución. Lo cierto, sin embargo, es que el pasado martes los diputados que forman parte de la comisión de Exteriores del Congreso recibieron la orden de seguir votando a favor del tratado.

Con el cambio de opinión, el PSOE se separa de Ciudadanos y del PP, que sí apoyan el acuerdo. El no al CETA lo encabezaron los socialistas franceses, junto a alemanes, belgas y polacos.